lunes, 21 de noviembre de 2011

єℓ яєgяєsσ ραятє ιι

Buenooo!!! jaja acá traigo segunda parte del relato que puse la última vez.. gracias por no meterme prisa, y por los buenos comentarios :)

John se encontró mirando aquel papel con los ojos muy abiertos, deseando que aquella sangre en el suelo de aquella habitación de hotel no fuera de aquel hombre desgraciado y con el corazón roto, pero ¿qué otra explicación podría encontrar? John no sabía cómo reaccionar, se quedó allí parado con el papel en sus manos, sin saber qué hacer, ni cómo actuar. De pronto el sonido del teléfono lo sacó de sus cavilaciones, era Vincent buscando un momento para darle el dinero del encargo, pero John sabía que no aceptaría sin antes saber de quién era aquella sangre y que era lo que se escondía detrás de aquel rostro marmóreo de la aspirante a femme fatal.


John se dirigió a la ducha, mientras el agua tibia le despejaba la mente decidió regresar al hotel donde había encontrado a la chica, miraría más detenidamente esa habitación tan catastróficamente manchada. 

Tras llegar al Hotel se dirigió a la habitación, titubeo un momento al aferrar el pomo de la puerta, pero se armó de valor y abrió, una vez más ese pequeño cubículo de mala muerte le deparaba sorpresas: la sangre no estaba ahí, no había ninguna clase de indicio de que hubiera sucedido nada en aquella habitación, John se sentía frustrado, se sentó en una silla medio roída que se encontraba en la esquina de la habitación, no podía creer lo que estaba sucediendo, se maldijo por tener aspiraciones a Sherlok Holmes, pero llegaría hasta el final del asunto.

John se quedó sumido en sus cavilaciones intentando saber que había sucedido con toda aquella cantidad de sangre que había sido vertida en esa habitación cuando de repente lo sobresaltó una voz, su interlocutor era un hombre menudo de unos 50 años, tenía expresión cansada y los hombros caídos, los brazos reposaban inertes a los costados de su cuerpecillo.
El extraño personaje que se presentaba ante él se llamaba Arthur Tisdale, actual ocupante de la rancia habitación. John lo interrogó acerca de la sangre vertida en el suelo el día antes, el hombrecillo se encogió de hombros y le aseguró que estaba delirando, puesto que él llevaba alojado en aquella habitación más de un mes, puesto que su esposa lo había echado de casa por embriagarse cada noche durante los últimos 10 años de su matrimonio.

John hizo una mueca, no podía comprender lo que sucedía, si este hombrecillo realmente había estado durante todo ese tiempo en la habitación, ¿Dónde había estado la hermosísima pelirroja? Y lo que es más importante ¿Dónde estaba el cadáver del dueño o dueña de la sangre?

Abatido John regresó a casa, con su cabeza dando vueltas y sus ideas tamborileando en sus sienes, parecía que tenía a todo el séptimo de caballería dentro del pequeño habitáculo de su cerebro, no encontraba las tan ansiadas respuestas, no sabía en qué clase de enredo se había metido… y lo peor de todo era que aún no sabía el por qué lo había hecho.

Por otra parte, y para el que le interese, recomiendo otro libro, como no (los voy a volver gente aficionada a la lectura, o haré que me odien, lo que llegue primero) "Abril rojo"  de Santiago Roncagliolo.. es un libro interesante, aunque a veces no apto para estómagos flojos :P

Bueno, ya saben, si gusta a disfrutarlo y sino a blasfemar :P