Hoy una vez mas estoy aquí, sentada en la oscuridad, mirando hacia el infinito, distingo sombras que bailan en el halo de luz que se cuela por alguna rendija de una ventana sin piedad ni misericordia por mi alma sangrante, rodeada de pena... parece que las sombras deformes de mi mente han tomado corporeidad delante de mis ojos, se burlan, se ríen, me recuerdan que la razón de mi ser se encuentra a kilómetros de distancia, a años luz de mis labios que lo añoran, que lo desean, que lo llaman irremediablemente, sin cesar...
Mi Caballero Oscuro se alejó entre la densa bruma que lo asediaba, lo rodeaba, lo asfixiaba cual serpiente mitológica… se alejó entre amargas y oscuras lágrimas y promesas de regresar… dejando a su vampiresa anhelante y desesperada. Los meses pasaron, las décadas transcurrieron y mi vampiro aún no ha regresado, pero aún siento su presencia, aún siento el gélido roce de sus manos, su sangriento beso, nuestro pacto de sangre sigue en pie, aún somos uno, uno separado a la mitad.
Mi Caballero Oscuro se alejó entre la densa bruma que lo asediaba, lo rodeaba, lo asfixiaba cual serpiente mitológica… se alejó entre amargas y oscuras lágrimas y promesas de regresar… dejando a su vampiresa anhelante y desesperada. Los meses pasaron, las décadas transcurrieron y mi vampiro aún no ha regresado, pero aún siento su presencia, aún siento el gélido roce de sus manos, su sangriento beso, nuestro pacto de sangre sigue en pie, aún somos uno, uno separado a la mitad.